jueves, 5 de diciembre de 2013

Los vacíos

De a uno
              los camiones agotaron sus excreciones
y las almas anestesiadas se abandonaron
a estar, sin ser, solo estar.

Los vacíos que dejan no los llena
la música
              ni el ruido;
ni se cargan de cemento.

Por calles oscuras y sin nombre,
raspándose las yemas de los dedos
en el asfalto

hay que querer amanecer
para que salga el sol.

Sentir tus propias pieles
que se abren y se cierran
es mejor...

El verdadero vuelo
es estar despierto.

Hay que querer amanecer
para que salga el sol.

5 comentarios:

  1. Si, claro, hay que amanecer, ¿pero quien nos enseña a hacer?

    Saludos

    J.

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  2. Abrir bien los ojos, las manos también...

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  3. Me ha gustado mucho, como de costumbre. Sigues llegándome mucho con tus palabras. Y esta vez me dejas sin nada que decir salvo que creo que este poema es muy completo en cuanto a la situación que describes.

    Hoy pasaba por blogger y me apetecía leer mi blog favorito. Prometo volver pronto pero, si no, que tengas una feliz navidad y un buen comienzo de año.

    Un beso :)

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