Un millón
de hormigas arrastran
hojas en llamas.
Firmes sus pinzas,
firmes sus pisadas.
Sus ojos
lloran por el humo.
Casi corriendo
una línea roja cargando muerte.
Me quedo helado.
− ¡Arderá en llamas el hormiguero! −
les diría
si mis palabras atravesaran su exoesqueleto.
¿Tienen orejas?
Son tan distintas
todas en fila.
Intento hablarles
desesperado:
si no hacen algo
esta noche
el fuego llegará bajo la casa
y arderá.
Poema escrito para Taller de Poesía I de Artes de la Escritura en la Universidad Nacional de las Artes, 2017.
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