para el viernes creativo de Escribe Fino
Siente el frío de su piel. Siente su mirada aunque no la
encuentra. Su voz, que ya no es suya, le pide bailar una vez más. Como en los
viejos tiempos. Y ella no puede negarse, nunca podría.
Dice que sí, y
bailan. Ya no con los movimientos salvajes e inexpertos de la juventud… ahora
se mueven al ritmo de su alma. Se sumergen uno en el otro, se vuelven uno. Son
uno, aunque ya no es como antes.
Antes él estaba ahí.
Este cuento está inspirado en un video, que pueden ver entrando en el primero de los enlaces que dejé arriba. Gracias por sus comentarios en el poema anterior. Saludos.
ResponderEliminar¡Excelente, Lucas; por su forma, por su fondo y porque este micro se sostiene por sí mismo, no necesita de la imagen que hizo de disparador!
ResponderEliminarUn abrazo,
La experiencia con el tiempo mata la pasión.
ResponderEliminarSaludos.
No es que el tiempo lo estropee todo, sino que el foco inexperto y pardillo de la lozanía -jaja- brilla con un fulgor que distorsiona la realidad...
ResponderEliminares cierto escribes muy bien. Yo tan solo, estoy aprendiendo.
:)
Pedro: Puede ser. Igual creo que gana bastante acompañado del video. ¡Gracias!
ResponderEliminarToro: Pero sin el tiempo no se puede construir... Y puede haber nuevas pasiones por descubrir.
Esilleviana: ¡Muchas gracias! A mí me gustó lo que leí de lo tuyo, y yo también estoy aprendiendo (y espero seguir aprendiendo siempre). ¡Saludos!