Te vi llorar una madrugada
de notas sucias y bondis llenos.
El miedo pudo moderar
mis palabras.
Te perdí y nunca te tuve.
Porque claro, otros ganaban las carreras
que yo corría distraído.
De entre todas
fuiste una más.
Pero es tu rostro el que recuerdo hoy.
¿Qué queda de las palabras
más que el golpe, la caricia, o el destello?
Todo lo demás es aire.
feb. 14
que bello!!!!! gracias.-
ResponderEliminarQué bella la forma en que cuentas una historia con tan pocas palabras. A veces hace falta coraje para no tener que arrepentirnos después.
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