La ropa se me rebeló, y escapó del reino de mi cuarto. Los joggins se aliaron con las zapatillas y salieron a correr por el país a lo Forrest Gump cercenado. Mientras, los buzos hacen honor a su nombre y se sumergen en las profundidades del océano. Las medias, que siempre quisieron ser enteras, se juntaron con los guantes y aún debaten si deben ser una mano con pie o un pie con mano. Las remeras aprendieron a cazar el viento en sus cuerpos, y se fueron volando envidiadas por los calzoncillos, que no se atrevieron a unirse al desacato.
La ropa se me rebeló y yo, desnudo, quiero rebelarme también.
Mayo 2013
¡Lucas Fulgi! Tanto tiempo sin leerte y comentarte. Me encanta saber que sigues teniendo esa magia chulita en tu escritura. Me has recordado a los relatos de Shel Silverstein y a sus increíbles ilustraciones. Fantástico.
ResponderEliminarSaludos, espero que estés bien (y que te acuerdes de mí)
No estoy acostumbrada a leerte en prosa pero me gusta, sobre todo el toque de humor. Me alegro de leerte tan genial como siempre, así da gusto volver de vez en cuando.
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