Lo abrazo y me abraza,
con su vacía mirada,
sus garras que desgarran,
su boca sin palabras.
Ni llora ni sonríe,
sentado sólo observa.
Aunque el tiempo le pide,
no hay forma que se mueva.
Quieto en paciente espera
le pido que me hable
cuando él mi sueño vela.
Tirando a tierra un cable,
mi mente ideas besa
de irme, de alejarme
de mi osito de felpa.
Hubo una o dos semanas, quizá fueron más o fueron menos, en el 2011 donde escribía un soneto de estos por día.
ResponderEliminarbello bello!!!!!! que Grande!!!!
EliminarAñorados abrazos de ese osito de peluche, que vela y es cómplice de los sueños.
ResponderEliminarNunca es fácil crecer...
ResponderEliminarSaludos
J.