Fui dueño de una gran ingenuidad
que, como toda ingenuidad,
estaba siempre en alquiler.
Miraba a toda esa gente
que se cola en la fila del bondi
(pero llegaba al mismo tiempo la que subía primero
y la que subía después).
Miraba a toda esa gente y con mi ingenuidad
llegué a pensar que se podía hacer algo ya, para cambiar.
Pero la ingenuidad se pierde una sola vez, como la virgnidad.
Después de que me trataron mal,
una dos y mil veces, solo por sonreir...
perdí mi ingenuidad.
Y ahora, despierto,
sigo pensando que hay que hacer algo
ya
para cambiar.
cuanta verdad!!!! yá empezaste con el cambio.-gracias.
ResponderEliminarCon tus poesias y cuentos cambias la realidad. Creás. Algo que no existía ahora existe, y como los poetas, nos mostras la realidad de otro modo... Muchas gracias!
ResponderEliminar"El hombre noble conserva durante toda su vida la ingenuidad e inocencia propias de la infancia", dice Confucio.
ResponderEliminarHay que insistir en cambiarlo todo.
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