De
como antes ,
las cosas cambiaron cuando
Un día
de para todos
los .
Claro que
aunque solo para
los árboles.
Y corrió entre te cerca.
Me regalaste
horas de días sin .
Jugando a
del amor.
A las del
perdida
siempre.
Yo recordé
sonrisas.
Y el agua corrió entre nosotros pero te tenía cerca.
domingo, 23 de febrero de 2014
jueves, 13 de febrero de 2014
Quieto
Lo abrazo y me abraza,
con su vacía mirada,
sus garras que desgarran,
su boca sin palabras.
Ni llora ni sonríe,
sentado sólo observa.
Aunque el tiempo le pide,
no hay forma que se mueva.
Quieto en paciente espera
le pido que me hable
cuando él mi sueño vela.
Tirando a tierra un cable,
mi mente ideas besa
de irme, de alejarme
de mi osito de felpa.
jueves, 6 de febrero de 2014
Ya
Fui dueño de una gran ingenuidad
que, como toda ingenuidad,
estaba siempre en alquiler.
Miraba a toda esa gente
que se cola en la fila del bondi
(pero llegaba al mismo tiempo la que subía primero
y la que subía después).
Miraba a toda esa gente y con mi ingenuidad
llegué a pensar que se podía hacer algo ya, para cambiar.
Pero la ingenuidad se pierde una sola vez, como la virgnidad.
Después de que me trataron mal,
una dos y mil veces, solo por sonreir...
perdí mi ingenuidad.
Y ahora, despierto,
sigo pensando que hay que hacer algo
ya
para cambiar.
que, como toda ingenuidad,
estaba siempre en alquiler.
Miraba a toda esa gente
que se cola en la fila del bondi
(pero llegaba al mismo tiempo la que subía primero
y la que subía después).
Miraba a toda esa gente y con mi ingenuidad
llegué a pensar que se podía hacer algo ya, para cambiar.
Pero la ingenuidad se pierde una sola vez, como la virgnidad.
Después de que me trataron mal,
una dos y mil veces, solo por sonreir...
perdí mi ingenuidad.
Y ahora, despierto,
sigo pensando que hay que hacer algo
ya
para cambiar.
domingo, 2 de febrero de 2014
El invento
Quería
maravillarla. Primero le daría un regalo único, fantástico, y después le
declararía su amor. Y no por nada era inventor: iba a crear un objeto realmente
mágico.
.
.
Durante días trabajó
sin descanso. Su única paga fueron las pequeñas tristezas presentes y las
inmensas alegrías futuras que tiene el enamorado que espera. Puso la última
pieza y observó satisfecho el resultado: el ave mecánica era perfecta.
.
.
El día siguiente
sería el indicado. Fue a su habitación a tomar un merecido descanso, cometiendo
el gravísimo error de dejar la ventana abierta. Al despertar, se encontró con
que el ave había desaparecido.
.
.
Cuando me contó su
historia, el inventor me dijo que se la habían robado. Yo prefiero creer que el ave mecánica salió volando, y que recorre aún el mundo buscando su canto.
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