La nostalgia aún me habita:
lleno las horas con haceres
intentando callar las voces.
Las flores y el té con leche
son otros,
el cielo, mi madre,
el tactac del reloj.
Se caen los colores
viejos, como pintura de pared gastada.
Se caen y aún no hay otros nuevos.
Es que hace falta aire para volar,
vacío para llenar,
espacio para crear.
Cierro los ojos.
Se cierra un capítulo.
Soy libre.