Fui dueño de una gran ingenuidad
que, como toda ingenuidad,
estaba siempre en alquiler.
Miraba a toda esa gente
que se cola en la fila del bondi
(pero llegaba al mismo tiempo la que subía primero
y la que subía después).
Miraba a toda esa gente y con mi ingenuidad
llegué a pensar que se podía hacer algo ya, para cambiar.
Pero la ingenuidad se pierde una sola vez, como la virgnidad.
Después de que me trataron mal,
una dos y mil veces, solo por sonreir...
perdí mi ingenuidad.
Y ahora, despierto,
sigo pensando que hay que hacer algo
ya
para cambiar.
jueves, 6 de febrero de 2014
domingo, 2 de febrero de 2014
El invento
Quería
maravillarla. Primero le daría un regalo único, fantástico, y después le
declararía su amor. Y no por nada era inventor: iba a crear un objeto realmente
mágico.
.
.

.
El día siguiente
sería el indicado. Fue a su habitación a tomar un merecido descanso, cometiendo
el gravísimo error de dejar la ventana abierta. Al despertar, se encontró con
que el ave había desaparecido.
.
.
Cuando me contó su
historia, el inventor me dijo que se la habían robado. Yo prefiero creer que el ave mecánica salió volando, y que recorre aún el mundo buscando su canto.
lunes, 30 de diciembre de 2013
Cuando el alma vive
Una oportunidad es cada día
de crear belleza, de hacer vida
nuestra alma... que así brilla
como un faro que a crecer nos guía.
Cuando el alma vive
el año no termina,
como no termina una escalera en su subida:
cada escalón al otro continúa,
y sin el otro no se sostendría.
Cuando el alma vive
el mundo cambia a nuestro paso,
y hace sonar, como un gran piano,
las melodías que llevamos dentro.
de crear belleza, de hacer vida
nuestra alma... que así brilla
como un faro que a crecer nos guía.
Cuando el alma vive
el año no termina,
como no termina una escalera en su subida:
cada escalón al otro continúa,
y sin el otro no se sostendría.
Cuando el alma vive
el mundo cambia a nuestro paso,
y hace sonar, como un gran piano,
las melodías que llevamos dentro.
lunes, 23 de diciembre de 2013
La poesía
Es la música de las palabras que se leen
de mil estrellas por segundo el nacimiento.
Resplandecen, iluminan en la mente
los colores verdaderos que la habitan
en espera de que alguien los despierte.
Es por eso que la poesía es buena,
porque habla de algo nuestro, de algo eterno
y que a la vez y siempre cada vez es nuevo.
A las cotorras las palabras les son fácil,
pero digo yo ¿les servirán de algo
más que para complacer a aquellos
que no son otros que los dueños de sus jaulas?
Pues entonces, poesía, sé mis alas y no solo mis palabras.
Y aunque yo no viva en carne de poeta,
voy a estar como en mi casa, poesía,
cuando te sienta,
cuando te escriba.
de mil estrellas por segundo el nacimiento.
Resplandecen, iluminan en la mente
los colores verdaderos que la habitan
en espera de que alguien los despierte.
Es por eso que la poesía es buena,
porque habla de algo nuestro, de algo eterno
y que a la vez y siempre cada vez es nuevo.
A las cotorras las palabras les son fácil,
pero digo yo ¿les servirán de algo
más que para complacer a aquellos
que no son otros que los dueños de sus jaulas?
Pues entonces, poesía, sé mis alas y no solo mis palabras.
Y aunque yo no viva en carne de poeta,
voy a estar como en mi casa, poesía,
cuando te sienta,
cuando te escriba.
jueves, 5 de diciembre de 2013
Los vacíos
De a uno
los camiones agotaron sus excreciones
y las almas anestesiadas se abandonaron
a estar, sin ser, solo estar.
Los vacíos que dejan no los llena
la música
ni el ruido;
ni se cargan de cemento.
Por calles oscuras y sin nombre,
raspándose las yemas de los dedos
en el asfalto
hay que querer amanecer
para que salga el sol.
Sentir tus propias pieles
que se abren y se cierran
es mejor...
El verdadero vuelo
es estar despierto.
Hay que querer amanecer
para que salga el sol.
los camiones agotaron sus excreciones
y las almas anestesiadas se abandonaron
a estar, sin ser, solo estar.
Los vacíos que dejan no los llena
la música
ni el ruido;
ni se cargan de cemento.
Por calles oscuras y sin nombre,
raspándose las yemas de los dedos
en el asfalto
hay que querer amanecer
para que salga el sol.
Sentir tus propias pieles
que se abren y se cierran
es mejor...
El verdadero vuelo
es estar despierto.
Hay que querer amanecer
para que salga el sol.
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