jueves, 25 de abril de 2024

La epi

 

Ya no es madera la madera

ni metal el metal; está hecho de arte,

de los sonidos

                          que crecí:

lleva tu cuerpo las marcas de mis errores,

ya son memoria, y así mis manos

sienten camino y aprendizaje.

¿Existís más allá de nuestro abrazo,

o solo sos como canción al ser tocada?

Sos, guitarra, mi guitarra

cuando recorro la avenida de tus notas

plagada de fracasos y también

alegrías que gané gota a gota;

porque tu olor a sueño cuando estás cerca,

o la manía de ver el mundo en seis

o tu sabor

tiene a veces el color de lo que intento

y no me sale,

como raíz creciendo entre las piedras.

Sigo porque tu voz es mi voz,

que estoy cansado de escuchar

y al mismo tiempo necesito,

como una sed eterna y tan profunda

que me empuja a estar atado

y a la vez me suelta.

1 comentario:

  1. Este poema fue el resultado de un ejercicio de Taller de Poesía I (2017) en Artes de la Escritura, Universidad Nacional de las Artes.

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